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Imagínate la escena: es lunes por la mañana, vas con el tiempo justo, te subes al coche, metes la llave en el contacto y… nada. Silencio absoluto. O quizás un sonido débil y agónico que te pone en lo peor.

Quizás tienes 16 años y el carnet A1 es tu primer gran objetivo, o tal vez ya tienes el carnet de coche y has oído que el paraíso de las 125cc está a tu alcance. Sea cual sea tu punto

Imagínate la escena: estás conduciendo tranquilamente por la autopista, quizás de camino a ese examen de conducir que tanto te has preparado, cuando de repente, un ruido extraño y una pérdida de potencia te obligan a detenerte en el arcén.

Estás a punto de dar uno de los pasos más importantes de tu vida: sacarte el carnet de conducir. Ya te imaginas al volante, con esa sensación de libertad que solo te da poder moverte por tus propios medios. Pero

¿Te imaginas recorriendo la Ruta 66 en un descapotable, descubriendo los paisajes de la Patagonia argentina al volante de un 4×4 o explorando los templos de Japón a tu propio ritmo? Viajar por carretera en un país extranjero es una